lunes, 5 de mayo de 2008

Un día de sol

Hablamos de amor y desamor sin importarnos si los que están sentados cerca de nuestra mesa escuchan nuestras historias, como si el mar y la brisa fueran los únicos testigos de nuestras confidencias.

Un mujer se acerca a nuestra mesa.

-Espero que la comida os haya gustado, y espero veros por aquí otra vez... -nos dice sonriendo.

Me fijo en sus ojos azules tan intensos, como si hubieran mimetizado el color del mar.

Le devolvemos la sonrisa. Nos miramos en silencio; volvemos a tener conciencia de que hay gente alrededor, de que el sol ya está bajando...

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