martes, 19 de mayo de 2009

En la exposición

-Este cuadro sintetiza todo el universo del pintor. Su aparente vacuidad exige ir más allá de las obviedades, nos sumerge en un mundo inquietante; espiritual, sí, pero también material ¿No te parece conmovedora esta confrontación?

La mujer se queda mirándome, esperando una respuesta... La verdad es que no he entendido ni jota de lo que acaba de decirme. Como si me hubiera leído el pensamiento dice:

-Perdona que te haya abordado así, parecías tan extasiada mirando el cuadro que he querido impresionarte. Lo cierto es que yo tampoco entiendo ni papa de arte. Te he soltado lo primero que me ha venido a la cabeza, algo que habré leído por ahí, supongo...

-¡Uf, menos mal! -le respondo aliviada-. Por un momento creí que hablabas en serio. Yo sólo he entrado aquí para resguardarme de la tormenta... Pues sí, sí que das el pego con esas frases tan pomposas.

Vuelvo a mirar el cuadro y sin apartar la vista de él le digo:

-Si quieres que te diga la verdad lo encuentro bastante feo. No sé... creo que cualquiera puede pintar algo así, no le veo el mérito... ¿Tú lo colgarías en tu casa? Si no valiera una fortuna seguro que nadie lo haría.

La mujer me observa sin decir nada. Hay algo en su mirada, entre irónica y condescendiente, que me descoloca.

Mi amiga, que ha venido a recogerme, me hace señas desde la entrada para que me reúna con ella fuera.

Me despido de la mujer y al salir tomo, instintivamente, un catálogo de la exposición. Me acomodo en el coche y lo ojeo. En la contraportada veo la foto de ella con una reseña larguísima que dice entre otras cosas: "Marianne Aloha, comisaria de la exposición... experta en arte contemporáneo... reconocida mundialmente por sus ensayos sobre los movimientos abstraccionismo, dadaísmo, informalismo..." y no sé cuántos ismos más.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribís muy bien...Te felicito...

Anónimo dijo...

Cada relato supera al anterior.
Es un gustazo leerte.
Besos. Cris

Casandra dijo...

¡Gracias!

Espero ser un poquito más constante... y cuando llegue a cien lo celebraré... ¡de alguna manera!