viernes, 15 de enero de 2010

La amiga de la Universidad

El jefe de proyectos acaba de abandonar la sala. Ella empieza a recoger los papeles; no me queda otra que hacer lo mismo. Evitamos mirarnos. No ha sido una reunión agradable, como todas las que mantenemos últimamente. Cada vez es lo mismo; nos lanzamos a la yugular para defender lo nuestro y destrozar lo de la otra, y yo ya no me reconozco en ese lamentable papel de pitbull.

No aguanto más. Dejo de ordenar el dossier, levanto la vista y le digo:

-¿No ves que ese tío solamente busca que nos despedacemos entre nosotras? Por Dios, si solo le falta subirnos a un ring de barro.

Sigue recogiendo las hojas como si nada. Su aparente indiferencia no me desanima.

-Mira, esta asquerosa estrategia solo la está utilizando con nosotras... ¿No te das cuenta de que somos las únicas tías del proyecto y eso le revienta? Seamos solidarias, colaboremos para ayudarnos...

Deja a un lado los papeles que tiene en la mano, me mira y contesta:

-Tienes más cosas en común con el invertido ése, el moña de sistemas, que conmigo. Si buscas solidaridad, haz piña con él.

Baja otra vez la mirada y sigue con sus papeles.

-Aclárame una duda -empiezo a decirle-. ¿Tu homofobia te viene de la caverna de donde saliste o la cultivas desde que tu mejor amiga de la Universidad te dio calabazas?

Levanta la vista furiosa. Por suerte, la asistenta del director financiero entra en la sala y nos interrumpe.

-Perdonad chicas. La sala está reservada y tienen que prepararla para la siguiente reunión. Si no os importa...

Las dos recogemos nuestros papeles sin acabar de ordenarlos y salimos. Me acerco a la mesa de la propia asistenta para dejar la documentación. Le echa una ojeada y aprovecha para decirme en tono confidencial:

-Llevo más de veinte años en esta compañía y he visto de todo. Aquí la gente, para subir un peldaño, vendería hasta su madre. Por cierto, yo creo que más bien es lo segundo que lo primero.

La miro sorprendida. Me señala la mesa donde está la otra y me susurra:

-Seguro que su amiga de la Universidad la dejó más tirada que una colilla.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Jeje, yo también creo que es la segunda teoría. Muy buen relato. Espero que escribas con mayor asiduidad, es que me tienes enganchadísima. Un beso

...

Casandra dijo...

Ya me gustaría, ya... pero es que no tengo mucho tiempo.

Gracias por pasarte.
Un beso

Anónimo dijo...

No te preocupes, era por si colaba jeje. Aunque haya que esperar, siempre vale la pena.

...

Anónimo dijo...

Es sorprendente la facilidad con la que alternas el humor con la gravedad. Felicidades.
Espero seguir leyendote.

Anónimo dijo...

Me gustaria gozar de esta mirada tuya sobre la realidad, un poco al bies pero siempre certera...un placer de domingo noche.
gracias.Un abrazo.

Casandra dijo...

Gracias por el comentario, de formar parte (aunque sea un poquito) de tus placeres dominicales.

Otro para ti.