jueves, 22 de septiembre de 2011

En la oficina

Acabo de recibir un mail de mi amiga de Nueva York: me dice que ha cortado con Nancy y que vuelve aquí para instalarse.

Trago saliva; acaban de esfumarse de un plumazo todas mis excusas y coartadas. «Qué cobarde he sido»   me digo, «pero esto tiene que cambiar ahora que vuelve...»

A media mañana tomo el teléfono y marco la extensión de Recursos Humanos.

Oye ¿todavía queda alguna vacante en la sucursal de Shanghai?

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