miércoles, 11 de noviembre de 2009

Triste consuelo

Aguzo el oído; me pongo en guardia. Alguien te menciona, de pasada, en medio de un asunto trivial que no da para mucho más. ¡Rápido! Tengo que buscar algún ardid para mantener vivo el tema. Alguien se me adelanta y desvía la conversación hacia otra trivialidad; me ha faltado muy poco para estamparla contra la pared.
No me resigno, y mientras las otras siguen con su cháchara, mi cabeza no para de buscar la forma de volver sobre ello.
Al fin encuentro un resquicio y consigo retomar el tema; al fin consigo que vuelvan a mencionarte.

2 comentarios:

Vaughan dijo...

Yo también he hecho éso alguna vez.. Por curiosidad más que nada jejeje Besote

Anónimo dijo...

Yo tambien lo he hecho... por necesidad de escuchar de ella...