miércoles, 29 de septiembre de 2010

Mi hermana

Papá me guiña el ojo a través del retrovisor. Se lo devuelvo sonriendo. Miro por la ventanilla sin borrar mi rictus. Menos mal que le saqué de la cabeza la idea de contratar una limusina con chófer.

Mamá está todavía más nerviosa que yo. Ha bajado más de diez veces la visera para mirarse en el espejo y atusarse el pelo.

Siempre creí que no aceptarían mi relación con Marta y ahora están aquí, más emocionados que yo en el día de mi boda.

Y queda mi hermana, sentada a mi lado. Estoy segura de que al principio le costó un poco entenderme, es tan tradicional. Pero ahora es distinto. Creo que lo del casamiento nos ha unido como nunca lo estuvimos antes.

Suena su móvil.
-No... estaré ocupada todo el día. No puedo ir. En serio, no insistas. Además, estoy fuera... ¿Dónde? Pues... es que voy... Tengo una comida familiar y creo que se alargará un poco... Vale. Te llamo. Adiós.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias x no hacer huelga y regalarnos otro relato. Un beso

...

Lía. dijo...

Bien es sabido que la unión hace la fuerza!, mas aún cuando esta esta consolidada por los afectos y lazos de sangre... La bondad de tal gesto de tu hermana querida amiga; es solo el merecimiento de aquello que te has ganado de seguro a lo largo de vuestro andar juntas.-
Me ha dado gusto nos compartas algo tan tuyo... los sentimentalismos calan hondo cuando de la familia se trata.-

Besos y nada mas déjate mimar.-

Casandra dijo...

...
Ergo, soy una esquirol, eso sí, nada sentimental, sobre todo.

Agus dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Agus dijo...

"Comida familiar"?
No quiero enemistarme con quienes han comentado, pero creo que cada uno merece la tolerancia de los demás por el simple hecho de ser un ser humano, no hay que "ganárselo". No considero un "gesto de bondad" un comentario en el que, en caso de haberse tratado de un casamiento heterosexual, jamás habría sido catalogado como "comida familiar". Qué tan mal está decir "SE CASA MI HERMANA"?
De todas formas, olvidé aclarar en el post anterior, no estoy segura de si es un texto de ficción o un extracto anecdótico (personalmente me quedo con lo primero), pero creo reconocer en la autora la intención de criticar justamente este tipo de discriminación, el de reducir un casamiento a una comida familiar. Se nota que acá hay textos contestatarios.

Llegué al blog googleando un microcuento de Ana María Shua, je. No tendrás por esas casualidades una versión digital del libro?
Besos y sigo leyendo.

Anónimo dijo...

Te voy a tener que dar otro tirón de orejas! Regálanos un relato, que hay mono.
Un beso


...

Casandra dijo...

¡Y lo tendría bien merecido! Nos leemos muy pronto ;)

Maricela Toche dijo...

Excelente.